Perder una mascota puede ser una experiencia muy difícil para un niño, especialmente si es la primera vez que se enfrenta a la muerte.
Dale su propio espacio durante las primeras horas: Es importante que el niño tenga tiempo para procesar la noticia y llorar si lo necesita. Dale su espacio y respeta su forma de reaccionar ante la pérdida.
Ayuda al niño a integrar los recuerdos de la mascota: Se puede animar al niño a crear un objeto que simbolice el recuerdo de su mascota, como un dibujo, una figura de plastilina o cualquier manualidad que se pueda hacer en grupo. También se puede recordar juntos los momentos vividos con la mascota.
Habla de la mascota una vez hayan pasado los días: Es importante que la mascota ausente no se convierta en un tabú, ni para la familia ni para el niño. No se trata de sacar la conversación intencionadamente, sino de hablar con naturalidad y normalidad de la mascota, sin afectación ni tristeza, pero con cariño.
Sé claro y sincero: Aunque la verdad sea triste, se debe contar con claridad para no confundir al niño. Los niños aceptan mejor este tipo de situaciones si se les explica con honestidad.
Recuerda que cada niño es único: Cada niño maneja el duelo de manera diferente, por lo que es importante estar atentos a las necesidades de cada uno. Algunos niños pueden necesitar más tiempo para procesar la pérdida que otros.
Busca ayuda profesional si es necesario: Si el niño tiene dificultades para superar la pérdida de su mascota, puede ser útil buscar ayuda profesional. Un psicólogo infantil puede ayudar al niño a procesar sus emociones y a encontrar formas saludables de manejar el duelo.