Los gatos son animales muy limpios que se acicalan constantemente con su lengua. Sin embargo, hay ocasiones en las que pueden necesitar un baño con agua y jabón, por ejemplo si se han ensuciado con alguna sustancia pegajosa o tóxica, si tienen algún problema de piel que requiera un tratamiento específico o si simplemente queremos mejorar el aspecto y el olor de su pelaje.

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Photo by Madalyn Cox on Unsplash

Bañar a un gato no es una tarea sencilla, ya que la mayoría de los felinos odian el agua y pueden reaccionar con miedo, agresividad o estrés. Por eso, es importante seguir una serie de consejos para hacer esta experiencia lo más positiva posible tanto para nosotros como para nuestro compañero peludo.


Antes del baño

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Photo by Daria Shatova on Unsplash
  1. Elige un momento tranquilo y relajado para bañar a tu gato. Evita hacerlo cuando esté nervioso, alterado o cansado.
  2. Prepara todo lo que vas a necesitar: un champú adecuado para gatos (nunca uses uno humano o de perro), una toalla grande y suave, un cepillo, un secador (opcional) y algún juguete o golosina para premiarlo.
  3. Corta las uñas de tu gato con cuidado para evitar posibles arañazos. Si no sabes cómo hacerlo o te da miedo lastimarlo, puedes pedirle ayuda a un profesional.
  4. Cepilla el pelo de tu gato para eliminar el exceso de pelo muerto y los posibles nudos. Así facilitarás el lavado y evitarás tirones innecesarios.
  5. Llena la bañera o el lavabo con agua tibia (unos 30 ºC) hasta cubrir las patas del gato. No uses el grifo directamente porque el ruido puede asustarlo. Coloca una alfombra antideslizante o una toalla en el fondo para que se sienta más seguro y cómodo.

Durante el baño

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Photo by Rebecca Campbell on Unsplash
  1. Lleva a tu gato al lugar del baño con suavidad y cariño. Háblale con voz dulce y tranquila para transmitirle confianza. Si puedes contar con la ayuda de otra persona, mejor.
  2. Introduce al gato en el agua poco a poco, empezando por las patas traseras y avanzando hacia el cuerpo. Evita mojarle la cabeza, las orejas y los ojos. Puedes usar una esponja o la mano para humedecerlo bien.
  3. Aplica el champú sobre su pelo mojado y masajéalo con cuidado por todo su cuerpo. Sigue las indicaciones del producto sobre el tiempo de actuación si se trata de un tratamiento veterinario.
  4. Enjuaga bien al gato con agua limpia hasta eliminar todo el jabón. Puedes usar una jarra o una ducha manual con poca presión.
  5. Envuelve al gato en la toalla y sécalo lo mejor posible con movimientos suaves pero firmes. Felicítalo por su buen comportamiento y dale algún premio.

Después del baño

  1. Si hace frío o tu gato tiene mucho pelo, puedes usar un secador para terminar de secarlo. Asegúrate de que esté en modo frío o templado y mantén una distancia prudencial. No le apuntes directamente a la cara ni al cuerpo; mejor hazlo desde arriba hacia abajo.
  2. Cepilla nuevamente el pelo de tu gato para dejarlo suave y brillante. Aprovecha este momento para mimarlo y reforzar vuestro vínculo afectivo.
  3. Deja que tu gato se retire a un lugar tranquilo donde pueda descansar después del estrés del baño. No lo fuerces a estar contigo si no quiere; respeta su espacio e intimidad.

Siguiendo estos consejos podrás bañar a tu gato sin problemas ni traumas. Recuerda que no es necesario hacerlo muy frecuente.