Generalmente no nos afecta en nada, simplemente no nos llama la atención; pero lamentablemente todas las calamidades tienen una característica más allá de afectar a quien las sufre; y es que se verán reflejadas en el futuro de las próximas generaciones.

Recuerdo leer un articulo en Internet, de esos que tanto tiempo les dedico, sobre el impacto de la especie humana en la extinción de especies; tanto animal como vegetal, y lo peor es que no solo nuestras acciones irresponsables dejan ver sus nefastas consecuencias en la vida silvestre, sino que tales acciones son consecuencia directa de nuestra falta de conciencia sobre el asunto, la gran mayoría de las veces casi nula.

Es una realidad que no nos interesa lo que ocurra en el otro lado del planeta, no forma parte de nuestras vidas, por lo que no genera esa tan necesitada reflexión; y es esa misma forma de pensar egoísta y ciega la que nos está llevando cada vez más cerca del colapso ambiental.

Esta es la cuestión: una simple foto publicada por la BBC ha logrado que la comunidad internacional se preocupe aún más por el impacto del cambio climático; a esto ha ayudado que se haya transformado en un suceso viral en el internet y los medios de difusión clásicos.

El post; visto en Instagram, muestra una captura aérea de 6 jirafas reunidas en un claro de la llanura en estado de descomposición, murieron debido a la inimaginable sequia que afecta a la región de Kenia, África. Quedaron atrapados en el barro mientras, la ya aterradora debilidad que sufrían por la falta de comida y agua, les impulsó a tratar de beber en un embalse de rápido secado.

Esta impactante fotografía es solo un pequeño detalle de la compleja situación de esa región, en particular, donde las condiciones de sequía son tan graves que cientos de animales están muriéndose por dicha razón; la delicada ganadería del país también se esta viendo seriamente afectada: sus agricultores reportan perdidas de hasta el 70% de sus animales; imaginen cómo afectará esto a la economía de la nación, y sobre todo, a la alimentación de la población.

Una mirada más allá.

Pero tomemos un tiempo para analizar la situación, no solo de esta zona, sino del resto del mundo, porque el tema de la sequía nos está sonando cada vez más a costumbre. Si sabemos que las sequías no son directamente provocadas por el impacto del hombre sino que se deben a condiciones naturales del ambiente, podemos no preocuparnos y simplemente sentir pena por las criaturas y los pueblos dañados; pero esto es cierto solo hasta un punto.

A pesar de que es algo perfectamente natural y ha sucedido desde mucho antes que la especie humana existiera, la cruda realidad es que nunca ha alcanzado la gravedad que hoy en día se detalla en cientos de estudios climáticos y, sobre todo, es mucho mas impactante la frecuencia y el alza que presenta la sequía estacional a nivel mundial. Porque el fenómeno no solo es en África; cada uno de los continentes se ven afectados por sequías cada vez más prolongadas que las anteriores.

Está de más decir que el cambio climático provocado por el auge de nuestra sociedad es el principal factor causante del alza imparable que vemos últimamente en la frecuencia y extensión de las sequías. Las pruebas son abrumadoras, y más abrumador aún es el pronostico para las futuras décadas.

El nivel de extinción debido a los impactos de nuestra relación poco amable con la naturaleza roza por mucho los niveles de alarma y lo que hoy en día es una foto de algo que hemos visto en la vida real, quizás para nuestros nietos será solo eso, una simple foto de un recuerdo de la vida animal que una vez compartió el corazón de África con muchos otros seres que le harán compañía en los museos o zoológicos del futuro si la cuestión no se soluciona.

¿Recuerdas la primera vez que fuiste a un zoológico? ¿La primera vez que viste una jirafa? ¿Ese animal majestuoso, bello y con cierta picardía en su comportamiento? Pues solo estabas viendo a una criatura que ha vivido tras los muros de un establecimiento para el entretenimiento humano.

El resto de especímenes, la gran mayoría de ellos, que viven en la vida silvestre están pasando al olvido gracias a la reducción del hábitat y a los eventos climáticos; pero ya eso es algo que no entretiene, por lo que nuestra atención no mira en esa dirección.

En Cuba, la situación no se aleja de estas lamentables historias, no escapamos del daño provocado por el cambio climático, y al igual que en el resto del mundo, nuestras especies endémicas y locales están amenazadas constantemente por los mismos actores de esta obra que parece no tener final.

Tristemente, existe la posibilidad de que seamos la última generación en vivir en una Cuba donde la jutía, el catey, el zunzuncito, o el mismísimo cocodrilo cubano puedan ser vistos en su estado natural.